ASOCIATIVIDAD EN REGIONES DE LA MACROZONA SUR: POTENCIAR SU PROPIO DESARROLLO

Por Pedro Ramírez Glade, gerente general de la Corporación Desarrolla Biobío

Las regiones del Maule, Ñuble, Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos tienen un tremendo potencial que no se puede desconocer. Las semejanzas geográficas y vocaciones productivas de la llamada macrozona sur, ya sea agrícola, forestal o pesquera, son características evidentes que confluyen como generadores de carga.

La Región del Biobío es reconocida como una gran puerta hacia el océano Pacífico, por la robusta plataforma logística con la que cuenta, así como también por las distintas rutas que la conectan con el territorio nacional por tierra y aire. El movimiento de la madera y celulosa por nuestro territorio, así como también la salida de carga, ya sea de alimentos frescos y congelados, es una ventaja comparativa a explotar para el beneficio de la región.

Por ejemplo, el Punto de Inspección SAG-USDA de la comuna de Cabrero, que certifica cajas de frutas de exportación al mercado norteamericano, es una tremenda oportunidad para las exportaciones de este lado del país. Actualmente, solo  un 

porcentaje de toda la fruta que se certifica en Cabrero sale por los puertos locales. Gran parte se desvía a Valparaíso y San Antonio, situación que debería cambiar por los beneficios evidentes que traería embarcar en nuestros puertos y no 600 kilómetros más al norte. Una oportunidad similar existe con la carga de salmón fresco que perfectamente puede salir por el Aeropuerto Internacional Carriel Sur de Talcahuano.

En este marco, también se debe considerar la integración de la Región del Biobío con la provincia de Neuquén en Argentina, principalmente, con el proyecto Vaca Muerta, lo cual se presenta como otra oportunidad de desarrollo para nuestra macrozona.

Por otro lado, el cambio climático está desplazando todos los cultivos más al sur de lo que estábamos acostumbrados, por lo que es evidente que aumentará la carga generada en nuestro sector en el corto y mediano plazo, principalmente en la producción frutícola. En esta línea se está trabajando en la provincia del Biobío, cuyos empresarios agrícolas y autoridades ya están en fase de preparación, actualizando a la nueva realidad climática el manejo de sus huertos frutales.

La voluntad de los gobiernos regionales para generar iniciativas conjuntas entre las regiones citadas está tomando cada vez más fuerza, lo cual tendrá un fuerte impacto en la productividad. Por lo mismo, la consolidación de este polo de desarrollo en el ámbito productivo y logístico, fruto de la descentralización del país, podría ser el primer y valioso ejemplo del círculo virtuoso que se genera cuando las decisiones se toman con una mirada local y de futuro, aprovechando las ventajas de cada una de las regiones.