Opinión: regionalismo y colaboración

Por Pedro Ramírez Glade, Gerente General de la Corporación Desarrolla Biobío

La Región del Biobío toma nuevos rumbos, junto a sus otras 15 pares a nivel nacional. Sin dudas, el debut de la figura de gobernador regional es una buena noticia a efectos de la ansiada descentralización, abriendo las puertas, eso sí, a desafíos quizás con matices distintos a los que hemos venido encarando en los últimos años.

Es apreciable cómo en el último lustro nuestra región ha vuelto a conversar, han vuelto a interactuar entre sí actores que quizás en algún minuto no trabajaron tanto en conjunto. Inclusive, hemos concentrado eventos internacionales, mostrándonos al mundo. Por otro lado, vemos también crecientes esfuerzos de distintos sectores productivos y organismos públicos por mejorar en estándares de participación ciudadana, y por acortar nuestras brechas en sustentabilidad.

Si bien nunca debemos dejar de dialogar y escucharnos, también es cierto que por mucho tiempo hemos iterado por conocidos diagnósticos, que se compartían habitualmente en seminarios en universidades, o en la sede de algunos gremios. No tengo dudas, ha sido valioso. Y bajo dicho contexto, la sinergia entre empresas, academia y sector público siempre fue una las deudas que asomaban entre las primeras conclusiones. “¿Por qué se nos van nuestros talentos?”, solía repetirse con grados de incredulidad.

 

Pero como decía, hoy el desafío tiene nuevos matices. Debemos avanzar, desde una estrategia de colaboración, participación y transparencia, a desplegar esfuerzos que refrenden en la práctica estos conocidos análisis, para seguir moviendo realmente la aguja del desarrollo. Ya algunos sectores han venido hablando de impacto social, y buenas señales hemos visto. También, no debemos olvidar que tenemos en curso la carta de navegación que supone la Estrategia Regional de Desarrollo 2015-2030, cuyo monitoreo  como Corporación Desarrolla Biobío debemos acompañar, entre otros aspectos de nuestro rol. Ciertamente, aterrizar a la comprensión general dicho avance, es una tarea en la que nos verán activos.

Por otro lado, debemos profundizar en materias como innovación e internacionalización. En ambos casos, la premisa base es que tenemos el capital humano y las ventajas competitivas y comparativas para explotar esta faceta, y dar así un paso cualitativo que se transforme en más oportunidades para emprendedores, estudiantes y exponentes con potencial de desarrollo tecnológico, entre otros. En este ejemplo, como Corporación pensamos también atentamente el cómo vamos a definitivamente nivelar la cancha en las capacidades municipales: unas con gran presupuesto y equipos disponibles, otras con mucho menos.

Como Corporación asumimos un rol especial en esta ruta regionalista que iniciamos, con sentido de arraigo y trabajo conjunto, como ese ente que ayuda a conectar a los estamentos públicos con las capacidades del sector privado y la academia, al servicio de nuestras comunidades. En 2020 avanzamos en descubrir cosas elementales, como el potencial de expansión internacional de nuestra región, pero cobrándome mi propia palabra, el siguiente paso es traducir ese esfuerzo en medidas prácticas a disposición de quienes pueden participar de dicha misión.

No podemos fallarle al Biobío, es un momento expectante para que sigamos conversando, pero más aún, generando un especial valor que a la larga repercuta en las posibilidades de crecimiento de nuestros habitantes. Bienvenida la oportunidad de ser más regionalistas que nunca, no la desaprovechemos.